fbpx
Diagnóstico de la infertilidad masculina

Diagnóstico de la infertilidad masculina

Seminograma

Cuando se trata de la fertilidad masculina, uno de los pasos más importantes es analizar la calidad seminal mediante un seminograma, prueba esencial para evaluar varios parámetros de los espermatozoides.

El seminograma mide diferentes parámetros espermáticos, los cuales deben cumplir con los valores mínimos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si los resultados están por debajo de estos estándares, se disminuye la posibilidad de concebir, ya que los espermatozoides necesitan tener una calidad adecuada para alcanzar el óvulo, fecundarlo, dar un correcto desarrollo embrionario y lograr un embarazo viable hasta término.

Un seminograma proporciona información valiosa sobre la calidad seminal, especialmente en cuanto a la concentración, la movilidad y la morfología.

Seminograma básico

  • Volumen: para que una muestra seminal sea considerada volumen normal, debe contener al menos 1,5 mL de eyaculado.

  • Concentración: este parámetro mide el número de espermatozoides por cada mililitro de muestra seminal. Se mide en millones de espermatozoides/mL y una concentración inferior a 15 millones por mililitro puede dificultar la fecundación.

  • Recuento total de espermatozoides: este parámetro es muy similar al anterior, pero tiene en cuenta el volumen total de la muestra y hace referencia al número total de espermatozoides en toda la muestra seminal. Un recuento total menor a 39 millones de espermatozoides puede dificultar la gestación.

  • Movilidad: la movilidad hace referencia al porcentaje de espermatozoides con movilidad, diferenciando entre movilidad progresiva, es decir, aquellos espermatozoides que avanzan, y movilidad no progresiva, haciendo referencia a aquellos espermatozoides que tienen movilidad pero no progresan, quedándose en círculos, vibrando… Para que una muestra sea considerada normal, debe tener un mínimo de 42% de movilidad total y/o un 30% de movilidad progresiva.

  • Morfología: los espermatozoides, durante su formación, denominada espermatogénesis, sufren una serie de cambios para alcanzar la forma de espermatozoide, pasando por diferentes estadíos, desde la espermatogonia, espermatocito hasta lo que conocemos como espermatozoides, que deben tener una cabeza ovalada, un cuello robusto y una cola móvil.Durante ese proceso, muchos de los espermatozoides no forman espermatozoides perfectos, ya que el proceso de la espermatogénesis prioriza cantidad a calidad, por lo que una gran mayoría de los espermatozoides tienen anomalías en su morfología. Por ello, para que una muestra sea considerada que tiene una normal debe tener un mínimo de 4% de espermatozoides con formas normales.

  • Vitalidad espermática: la prueba de vitalidad espermática hace referencia al porcentaje de espermatozoides vivos en una muestra seminal. Aunque la movilidad está relacionada con la vitalidad, no todos los espermatozoides inmóviles están muertos. Este test es importante cuando más del 60% de los espermatozoides son inmóviles. Por ello, no es una técnica que se use de rutina. Para evaluar la vitalidad, se utilizan técnicas como la tinción con eosina-nigrosina y la prueba hipoosmótica. Una vitalidad menor al 58% de espermatozoides pueden señalar problemas de fertilidad, como la necrozoospermia.

Seminograma avanzado

Fragmentación de ADN

Gracias a los avances en la embriología y andrología, se están realizando estudios más avanzados que ponen su foco en la integridad y fragmentación del ADN.

La fragmentación del ADN espermático hace referencia al porcentaje de roturas en el material genético de los espermatozoides, la cadena de ADN, lo cual puede impactar negativamente en la fertilidad masculina. Aunque un seminograma muestre parámetros dentro de la normalidad como movilidad y morfología, la integridad y fragmentación del ADN podría estar alterado y es clave para un correcto desarrollo embrionario y un embarazo viable.

El ADN está formado por dos cadenas formando una doble hélice, de forma que cuando hay rupturas en estas cadenas, es cuando se habla de fragmentación. Existen 2 tipos de roturas de ADN:

  • Fragmentación simple: hace referencia al porcentaje de roturas en una sola de estas cadenas.

  • Fragmentación de cadena doble: hace referencia al porcentaje de roturas que afectan a ambas cadenas.

Estas alteraciones en el ADN espermático, tanto de fragmentación simple como de cadena doble, tienen un impacto significativo tanto en la fertilidad natural como en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida.

Una fragmentación elevada del ADN en los espermatozoides pueden reducir las tasas de fecundación, disminuir la calidad de los embriones, disminuir la tasa de implantación y aumentar el riesgo de abortos espontáneos. Por ello, la fragmentación del ADN espermático es una importante causa de infertilidad masculina, especialmente indicada en casos de infertilidad inexplicada, fallos repetidos de implantación, embriones de baja calidad, abortos recurrentes, y otros factores como la edad avanzada del hombre o la presencia de varicocele.

El diagnóstico se realiza mediante técnicas especializadas como el test de dispersión de cromatina espermática (SCD) y el ensayo TUNEL, que detectan el porcentaje de fragmentación del ADN en los espermatozoides.

Las causas de la fragmentación del ADN espermático son muy variadas: el estrés oxidativo, la exposición a contaminantes, el tabaco, la edad avanzada, y factores intrínsecos durante la producción de espermatozoides.

Un estilo de vida saludable y tomar antioxidantes pueden ayudar a reducir la fragmentación.

En los tratamientos de reproducción asistida se utilizan técnicas de selección para la selección de espermatozoides con un bajo porcentaje de fragmentación y en casos graves, la selección de espermatozoides mediante biopsia testicular pueden mejorar la tasa de éxito de los tratamientos.

FISH en espermatozoides

El FISH o Hibridación In Situ Fluorescente permite detectar si los espermatozoides tienen un número anormal de cromosomas (aneuploidías), como cromosomas faltantes o adicionales, o si presentan dos copias de cada cromosoma (diploidía). Es cierto que se dan anomalías de forma natural y se consideran normales dentro de ciertos límites; sin embargo, un porcentaje elevado de espermatozoides con alteraciones cromosómicas puede dar lugar a embriones anómalos y que estos disminuyan la tasa de implantación, aumenten la tasa abortos espontáneos o, en raros casos, podrían dar lugar a un bebé con alguna patología.

Las células de nuestro organismo tienen la información genética organizada en 46 cromosomas (23 pares). Sin embargo, los óvulos y espermatozoides contienen solo 23 cromosomas cada uno para que, tras la fusión de los gametos, se de una carga genética de 23 pares que formarán el embrión. Por este motivo, si el óvulo o el espermatozoide tienen un número incorrecto de cromosomas, tanto de más, como de menos, el embrión resultante tendrá una carga genética anormal.

Esta técnica no se realiza de rutina ya que está indicado para aquellos casos con alteraciones en el cariotipo, pacientes que han realizado tratamientos de quimioterapia o radioterapia, y parejas que han experimentado abortos recurrentes sin causa conocida o fallos repetidos de implantación tras procedimientos de reproducción asistida. También se recomienda en casos de edad avanzada, ya que estas alteraciones son más comunes con edad avanzada, especialmente después de los 45 años, tras haber pasado por tratamientos de quimioterapia o radioterapia, o cuando la pareja ha tenido un hijo con alguna alteración cromosómica.

Estas alteraciones se originan durante la espermatogénesis en el testículo, el proceso de formación de espermatozoides al haber células precursoras de los espermatozoides con alteraciones que llevan a la formación de espermatozoides con un número de cromosomas incorrecto.

La técnica FISH en espermatozoides es una técnica citogenética que utiliza sondas fluorescentes específicas para analizar ciertos cromosomas. En una muestra seminal, los espermatozoides, tras un procesamiento, se exponen a esas sondas y quedan marcados con fluorescencia que, después, tras un microscopio de fluorescencia se analiza y se identifican los cromosomas de interés marcados.

El FISH en espermatozoides generalmente analiza hasta 9 cromosomas, seleccionando aquellos que con mayor frecuencia presentan alteraciones, los cromosomas 13, 15, 16, 17, 18, 21 y 22 y los sexuales (X e Y). No es posible el análisis de todos los cromosomas por una limitación de la técnica al haber colores de sondas limitados, es por ello, que se analizan los 9 cromosomas más frecuentes. Para un análisis correcto, se debe realizar un recuento de 500 espermatozoides. aunque, con las técnicas automatizadas permiten analizar hasta 10,000 espermatozoides.

La interpretación de los resultados de un FISH es más compleja ya que los rangos de normalidad varían en función del cromosoma estudiado.

Generalmente, se considera anormal si más del 3,1% de los espermatozoides analizados tienen cromosomas de más o de menos, lo que podría ser una causa de infertilidad. Este fenómeno se denomina efecto intercromosómico, lo que plantea que si algunos cromosomas presentan anomalías, es probable que otros cromosomas no estudiados o con alteraciones no detectadas, también las tengan.

En el caso de tener un FISH alterado, el tratamiento más recomendable sería realizar un Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), tanto si es con una Fecundación in vitro como con una ovodonación para seleccionar embriones con la carga genética correcta antes de su transferencia al útero.

Biopsia testicular

La biopsia testicular es un procedimiento sencillo que consiste en al extracción de un pequeño fragmento de tejido del testículo para su análisis bajo un microscopio con el objetivo de evaluar si, tras un diagnóstico de azoospermia, tenemos espermatozoides en el testículo, lo cual podría ser causa una obstrucción de las vías seminales que no permiten la salida de los espermatozoides, o si, por el contrario, si no hay espermatozoides, hay un problema en la formación de estos.

Esta técnica puede realizarse de dos maneras:

  • Biopsia Testicular Abierta (TESE): esta técnica consiste en realizar una pequeña incisión en la piel del escroto y en el testículo para extraer un fragmento de tejido testicular. Este procedimiento suele durar entre 15 y 20 minutos y se cierra con puntos de sutura absorbibles. Posteriormente, el tejido se analiza en el laboratorio para buscar espermatozoides y diagnosticar posibles causas de infertilidad.

  • Biopsia Testicular Percutánea (TESA): esta técnica, menos invasiva, consiste en insertar una aguja fina en el testículo para aspirar tejido. Aunque normalmente da buenos resultados, puede ser menos efectivo en la recuperación de espermatozoides, especialmente en casos de azoospermia obstructiva.

Este procedimiento tiene dos objetivos principales:

  • Diagnóstico: identificar las causas de infertilidad masculina, especialmente en casos de azoospermia, donde no se encuentran espermatozoides en el semen.

  • Terapéutico: recuperar espermatozoides directamente del testículo para utilizarlos en tratamientos de fertilización in vitro (FIV).

Generalmente, la biopsia testicular es un procedimiento seguro, con riesgos mínimos. Las complicaciones más comunes pueden incluir infecciones leves o molestias temporales en el área tratada.

Te acompañamos: 848 640 650

También puedes contactar con nosotros a través del siguiente formulario. Nos pondremos en contacto lo antes posible.