La Fecundación In Vitro (FIV) es una técnica más compleja y avanzada que la inseminación artificial.
En este tratamiento, los ovocitos son extraídos de los ovarios para que sean fecundados en el laboratorio con semen de donante. Una vez realizada la fecundación, los embriones generados se desarrollan hasta el día 5-6 en el laboratorio y posteriormente se transfieren al útero.
Las tasas de éxito son mayores que la inseminación artificial, de ahí que tenga una mayor complejidad.
Además, como ventaja añadida, en el caso de querer ampliar la familia en un futuro, pueden quedar embriones restantes para transferirlos al útero más adelante.
Está indicado en pacientes que tengan problemas de fertilidad, con baja reserva ovárica o que no han tenido éxito con la inseminación artificial. En casos de edad materna avanzada, la realización de una Fecundación In Vitro con semen de donante y Diagnóstico Genético Preimplantacional aumenta en gran medida las probabilidades de éxito.