Una experiencia inolvidable desde el primer día
Tuve el honor de ser la primera paciente de ONAFIV el mismo día en que abrían sus puertas, y no puedo estar más agradecida por haber formado parte del inicio de este proyecto tan humano y profesional. Desde el primer momento, me sentí tratada como alguien especial. Todo el equipo, absolutamente todos, me recibieron con una calidez y atención que superaron cualquier expectativa: cercanos, atentos, encantadores y siempre con una sonrisa que transmitía confianza y profesionalidad.
La clínica es preciosa, moderna, acogedora y cuidada al detalle. Me enseñaron todas las instalaciones con orgullo y dedicación, y me ofrecieron café, agua, chocolate… cualquier cosa que necesitara para sentirme cómoda. Cada paso del proceso fue explicado con claridad y paciencia, resolviendo cualquier duda con un trato cercano y empático.
Además, ofrecen múltiples canales de contacto —WhatsApp, correo, teléfono— y siempre están disponibles para acompañarte en el proceso. Las facilidades de pago, la flexibilidad para iniciar el tratamiento y el hecho de que la farmacia de al lado tenga preparados los medicamentos que suelen recetar (algo que no suele ser habitual) son detalles que marcan la diferencia.
El tener quirófano propio dentro de la clínica es otro punto a su favor: evita desplazamientos innecesarios y transmite una sensación de confianza y seguridad absoluta. Elegí ONAFIV para realizarme una preservación de óvulos, y puedo decir que ha sido la mejor decisión. Por el trato, las instalaciones, la calidad médica, la atención personalizada, el precio competitivo y, sobre todo, por las personas maravillosas que forman parte de este proyecto.
La recomendaría al 100%. Gracias, ONAFIV, por hacerme sentir como en casa desde el primer día.