El PGT-A (Diagnóstico Genético Preimplantacional de Aneuploidías) es un procedimiento que permite la determinación del estatus cromosómico de los embriones procedentes de reproducción asistida mediante el análisis de los 23 pares de cromosomas humanos. Únicamente los embriones con el número correcto de cromosomas serán capaces de implantar y desarrollarse adecuadamente. El PGT-A es capaz de identificar aquellos embriones libres de anomalías cromosómicas que tienen más probabilidades de implantar y dar lugar al nacimiento de un bebé sano.
La trasferencia de embriones con un número correcto de cromosomas seleccionados mediante PGT-A:
La plataforma de secuenciación masiva analiza miles de secuencias de ADN específicas de cada cromosoma, permitiendo la identificación precisa de ganancias y pérdidas de hasta 10 Mb de cromosomas concretas. Este test proporciona respuestas precisas a los pacientes, garantizando la transferencia de un embrión genéticamente normal y por tanto minimizando la incidencia de abortos y defectos de nacimiento causados por irregularidades en el número de cromosomas.
El PGT-A es una técnica beneficiosa para todas las parejas sometidas a un tratamiento de reproducción asistida, pues todos los embarazos tienen riesgo de presentar anomalías cromosómicas y cerca del 50% de los embriones producidos en un ciclo de fecundación in vitro (FIV) son aneuploides.
Las aneuploidías son una de las causas principales de la dificultad para conseguir el embarazo en parejas de todas las edades. No obstante, a medida que la mujer envejece, la calidad de los óvulos disminuye y el riesgo de producir un embrión con anomalías cromosómicas aumenta. Esta es la razón por la que la edad materna es un factor crítico para el éxito del embarazo.
El diagnóstico genético de aneuploidías del embrión aumenta la probabilidad de éxito de los tratamientos de FIV en todos los pacientes. Es especialmente adecuado para ayudar a parejas con aborto de repetición, parejas con fallo de FIV previo, mujeres con edad materna avanzada (mayores de 35 años), parejas con un historial familiar de problemas cromosómicos, parejas que optan por la transferencia de un único embrión con garantías de éxito y pacientes que quieran evitar la realización en vano de futuras transferencias de embriones criopreservados.